En la oscuridad, hay un camino oculto entre los árboles,
Un día estuve allí.
Corrí por el sendero y fui mucho más lejos de lo que pensé recorrer
Y a la final de todas las sombras e
imágenes que vi, no lo pude reconocer.
Luego de años de soledad, te puedo contar como se siente estar muerto,
Volver, para hacer algo más.
Reconocer que el mundo, no es solo una persona,
Que del duro invierno y su frio te puedes abrigar.
Cuando era niño caminé entre el agua de mar, sus erizos, peces y olas
fuertes,
Perdido por horas, solo con su inmensidad y nadie más.
El tiempo detenido,
Siempre quise atravesar esa gran barrera de coral.
Algunos la han atravesado y no volvieron jamás,
En busca de sus sueños, que quizás no tuvieron junto al mar.
¿Pero alcanzaron sus sueños?
Sueños que cuando sales de estas tierras, no se harán realidad nunca más.
Aquellos
hechizos que nos perturbaron, se terminaron súbitamente,
Luego de sentir los efectos de no ser nadie, e ir vacío por todos los
caminos.
Lanzado en una cama, donde las luces brillantes son enceguecedoras,
Luego de haber caminado junto a la muerte y visto el abismo cuando se
abrió.
¿A dónde se fue aquel niño que
mojaba sus pies en el mar?
Las razones de todo fueron desapareciendo.
El niño fue conociendo la crueldad de vivir en un mundo enfermo,
Triste se ha marchado, solo a la madurez.
Las marcas del tiempo que son tan crueles,
También llegaron sin decir nada.
Quienes cruzaron este inmenso mar las han visto llegar,
Pero han dejado su huella en la tierra, aquel niño no.
Ahora el cielo gris que siempre se ha posado sobre mí,
Parece estar abierto esperándome, a pesar de estar más alto que ayer.
Toda historia tiene su fin,
El fin de la vida, caminamos a diario a la fosa donde está.
Sé que duele como nada comprender la verdad,
La tristeza duele en el alma y es algo que no se puede soportar.
Cada lágrima que caiga, trata que sea real,
Al final de la historia, siempre estaré caminando en ese mar.
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