Hoy, que vi el cuerpo ya sin alma de aquel guerrero,
Aquel que en tu nombre trato de romper las cadenas,
El que murió por negarse a ser un asesino y perdonar al
enemigo,
Me ha dejado sin palabras y ha nublado mi mente de tristeza
y odio.
Junto a él, otros más.
Guerreros por la libertad.
En armas por la paz.
Acechados por los cobardes.
Nuestras miradas están en ellos,
Nuestros enemigos nos creen débiles,
Su maldad está embriagada en los vicios del poder,
Rodeados de hipócritas, armados de miedo.
Rígido e inerte vi al guerrero.
Dios testigo de su entrega, cuando los incrédulos dudaron.
Háblame de paz y mentiras,
Mientras yo recargo mis armas.
Por estas tierras que tú has robado,
A estas gentes a la que por años engañaste.
El obeso tirano, heredero del corrupto caudillo,
Ignorante de su ignorancia, víctima de su cobardía.
La sangre de los guerreros caídos han bañado estas tierras.
Somos hijos de Bolívar, el Belicoso.
Quienes nos han sometido, terminan derrotados,
Reyes, tiranos, Imperios o Naciones por igual.
Lo último que el guerrero vio, fue la gloria de Dios,
Lo último que ellos verán, serán nuestras espadas.
El arlequín de satanás en estas tierras,
El falo del demonio, que eyacula pestilencias,
Posados en un trono de mentiras y corrupción,
Que terminarán hundidos en el fuego y la desolación.
A esta Nación entera que intentaste despertar,
Dopadas por la mentira, la incredulidad y el mal.
Los poetas tu hazaña contarán,
Los tiempos para ti, eternos serán.
En la historia de los héroes, quedó escrita con sangre,
La epopeya de tu intento que se congelo en el tiempo.
In Memoria: Oscar. "El Leòn de Caracas"
Por: Fred E. Lòpez
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