En
estos momentos, cuando Venezuela se
encuentra atravesando una de las peores crisis de la era republicana, sino la
peor, queda preguntarse ¿Cuáles son las opciones que le quedan al país? Y esto
porque parece que los ciudadanos han perdido el norte, están sin esperanzas y
otros sencillamente van abandonado el territorio nacional en busca de mejores
condiciones de vida, al punto de ser la diáspora más grande que ha visto
Latinoamérica en toda su historia.
Llevamos
más de 20 años de enfrentamientos y divididos como Nación, desde el ascenso de
Hugo Chávez Frías al poder, hasta la continuación de su régimen por parte de
Nicolás Maduro, tutelados por un respaldo popular que cada día es menor y de
las instituciones que hacen vida en el país, siendo la más significativa la
Fuerza Armada Nacional, quienes mediante el poder bélico y el uso de la fuerza,
han mantenido al gobierno en el poder todos estos años, pese al alto rechazo
popular, producto de una pésima gestión de gobierno, la corrupción y el
descalabro económico, entre otros problemas políticos y sociales presentes en
el país.
La
desesperación de los venezolanos producto de la crisis, ha llevado a la
población a las urnas electorales en busca de un cambio, a la protesta e
incluso al enfrentamiento, pero aun así, el gobierno y su aparato siempre ha
prevalecido, bien sea por el uso de la fuerza desmedida o por el cambio de las
reglas de juego a su favor, violando la Constitución y la Leyes de sin ningún escrúpulo.
Lo
cierto es que la población va de un lado a otro, un día determinado político de
oposición es un héroe, otro día un villano, un día pedimos elecciones, otro nos
abstenemos y quienes llamen a las urnas son traidores, la negociación o el
diálogo son vistos también como una traición de quienes están dispuesto a
llevarla a cabo y los políticos y partidos son considerados por algunos como
basura, entonces, ¿Dónde estamos en este momento histórico?
Invasiones
de ejércitos extranjeros, intervenciones de otros países, asesinatos, violaciones
a la Constitución, son las posturas más radicales que se pueden escuchar,
hablar de guerras de formas muy ligeras, desconociendo las consecuencias de
estas y el seguimiento de discursos demagogos y vacíos en cuanto a su posible
materialización, son los extremos que hay en parte de la población del país y
no haré referencias de los comentarios que se puede leer en las redes sociales
de parte de oficialistas y opositores, porque sería caer en el absurdo de su
ignorancia y falta de coherencia, política, patriota, humana y personal.
Si somos adversos a este régimen por su discurso violento e inquisitorio, no podemos
portarnos igual, si criticamos las violaciones a la Constitución y las Leyes,
con que razonamiento le pedimos a los políticos que realicen actos fuera del
ámbito legal, ¿Porque sugerimos acciones que no están establecidas en nuestra
carta magna?, soy del pensamiento que la falta de valores, la desesperanza, la
falta de compromiso e irresponsabilidad, son las guías de quienes hacen tales
peticiones, son quienes más critican y exigen, pero los que menos están
dispuesto a sacrificar, si queremos salir de esta crisis, debemos deslindarnos
de esa gente y discursos, para enfocarnos en explorar cuáles son las
posibilidades que tenemos los venezolanos.
Dentro
del orden Constitucional existen varias posibilidades. La salida electoral
(Articulo No.63 CRBV); esto sería posible sólo negociando entre los factores
internos, la declaración de falta absoluta del Presidente (Articulo No.233
CRBV), bien sea con la renuncia del Presidente, cuya primera magistratura
legalmente culmina en Abril de 2019, la destitución, la declaratoria del
abandono del cargo, desembocarían la convocatoria de nuevas elecciones, hoy
en día esto sería materializado solo con un gran diálogo, donde se incluyan los
distintos factores de poder del país, incluyendo a actores de la FANB, buscando
un consenso para la reconciliación nacional y con la sincera participación de
ambos polos políticos.
La
salida negociada; es quizás la que más detractores tiene, no solo por la falta
de palabra y honorabilidad del gobierno y de las corruptas instituciones del
país, sino también porque los factores políticos de oposición se encuentran en
su peor momento, debido a la falta de respuestas ante la crisis nacional, sin
embargo para quienes creen en la política y el consenso, es esta salida un
factor que se debe tomar en cuenta, hasta en las peores guerras ha sido la
negociación la que conduce a salidas democráticas y pacíficas en busca del bien común e interés nacional.
Intervención
de la FANB; como actores de poder en Venezuela, esta institución pudiere hacer
un movimiento dentro de lo que establece la Constitución, enfocado en el
restablecimiento del orden constitucional, que ha sido violentado en varias
oportunidades por lineamiento del gobierno nacional y refrendada por las
instituciones que se encuentran secuestradas por partidarios del régimen, sin
embargo, debe ser una intervención acompañada del factor civil, siguiendo los
canales institucionales y apoyados por la Asamblea Nacional, lo contrario sería
tomado como un golpe de Estado y por tanto, existe la posibilidad de conseguir
resistencia tanto de la comunidad internacional, así como por algunos actores
nacionales.
La
diplomacia y presión internacional; más allá de llevar a cabo una serie de
sanciones y condenar las acciones antidemocráticas del régimen, la comunidad
internacional, junto con el accionar de los actores políticos del país,
pudieren unir fuerzas para obligar al régimen de Maduro a forzar su salida, el
problema de esta, radica en que siempre existen países que le dan una especie
de segundo aire al gobierno, justo cuando el cerco internacional es tan fuerte
que el régimen da muestra de debilidad y abre la posibilidad de una salida. Los
países de la comunidad internacional y en especial las potencias mundiales
deben entender que la situación de Venezuela, ya es insostenible y ello puede
llevar a la Nación toda, a una desgracia de proporciones impredecibles.
El
levantamiento popular; bien sea por invocación de los artículos 333 y el 350 de la CRBV o
porque ya el desespero de la población lo llevaría a las calles, esta salida
siempre está latente, pese al letargo y la desesperanza casi entreguista del
pueblo venezolano en estos momentos.
Son
estas las posibilidades, no tenemos un ejército con que forzar violentamente la
salida de Maduro, no vendrá un mesías político que nos saque de esta fosa, ni
un ejército extranjero invasor y liberador, somos los venezolanos y nuestro ejército, quienes
debemos buscar la salida, presionar a las instituciones y a los actores
políticos para que sean medios que acuerden un gran consenso nacional, ya esta
patria no aguanta más saqueo y destrucción, cada uno debe aportar más y dejar
de criticar a quienes quieren hacer y luchar para lograr una solución pacífica
a esta desgracia.
Fred López Pirela